Aportaciones fenicias a la dieta española
- Mediterranean Health
- 1 dic 2016
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Los fenicios tuvieron su momento de esplendor hacia 1200 a.C. Las ciudades de Tiro, Sidón y Biblos, situadas en el próximo Oriente (donde hoy está situado el Líbano), fueron centros de poder muy importantes en la antigüedad. La flota fenicia fue la primera que surcó por el mediterráneo y, antes que los griegos, hicieron grandes rutas comerciales que les llevaron por todo el Mediterráneo. Así como hacia lugares mucho más lejanos, como Irlanda.

Viajaron por las costas africanas, bordearon el continente hasta el golfo de Guinea, su afán de exploradores fue a la par junto con su red comercial, fundaron numerosas colonias. Cartago fue creada por los fenicios en el IX a.C. y llegó a ser un enclave estratégico, hasta su destrucción por los romanos 146 a.C. La invención de la escritura se la debemos a ellos y sabemos que desarrollaron un sistema de pago bancario muy elaborado, basado en la oferta y la demanda, así fabricaban más o menos y también variaban el precio a sus mercancías. Comercializaron con productos de su cultura y de otras, ellos hicieron llegar piezas egipcias o micénicas a lugares muy remotos. Junto con su comercio iban las especias, el vino, el aceite y otros productos como las salazones que proveían a todas sus colonias. Nos han dejado restos arqueológicos de vasijas, jarrones y otros enseres de cocina. Dominaban el arte de vidrio soplado, sus piezas están presentes en muchos museos del mundo, como las jarras para servir vino, que normalmente se consumía mezclado con agua y era una bebida habitual. Fueron grandes agricultores.
Su alimentación se basó principalmente en los cereales y el aceite de oliva. Elaboraban gachas y panes de distintos sabores y formas, hacían queso y endulzaban sus manjares con miel, la apicultura fue otra de sus actividades y su miel exportada. En sus huertos cultivaban hortalizas que junto con las legumbres (garbanzos, guisantes y lentejas) forman parte de su dieta. Llegaron a tener auténticos vergeles de árboles frutales, comían higos, manzanas, melocotones, granadas, nueces, muchas de estas frutas las introdujeron en otras zonas y también las llevaron secas, así las ciruelas, pasas, dátiles e higos iban en sus cargamentos, también sabemos que comercializaron con aceitunas.
La pesca era una actividad muy importante, tanto la de su costa, rica en peces: meros, doradas, sardinas, atunes, como la pesca se realizaba muy lejos de sus tierras, la salazón y el ahumado de pescados fue otro de sus recursos y de sus riquezas. No comían carne de cerdo como la mayoría de los pueblos semitas, sus animales eran el cordero y las aves, tanto de caza como de corral, criaron avestruces, por sus huevos y por su carne, comían también carne de perro y su consumo horrorizó a sus vecinos griegos. La carne se reservaba para las fiestas.
Como vemos, a la dieta española actual nos han llegado bastantes elementos de la dieta fenicia, principalmente lo relacionado con el consumo de pescado y el consumo de cordero y aves, aunque no los avestruces y la carne de perro. También podemos observar que la carne se reservaba para ocasiones especiales, tradición que mantendrían después los griegos y romanos y que de alguna manera se mantuvo durante muchísimo tiempo. Estos pueblos, además, también serían influidos por las costumbres fenicias e, introduciendo algunas nuevas y modificando otras, dieron lugar a la dieta española contemporánea y, en general, a la mediterránea, como veremos a continuación.
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